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Aug 19, 2015 | Paulette E. Martin

Episcopales reaccionan ante la igualdad matrimonial

   

 

    A sólo cinco días después que la Corte Suprema de los Estados Unidos estableciera la igualdad matrimonial en todo el país, la Iglesia Episcopal siguió el ejemplo el 1 de julio en la 78ª Convención General en Salt Lake City, Utah. Aunque dar bendiciones a las parejas del mismo sexo ya había aprobado en el 2012, la autorización de los matrimonios del mismo sexo y las liturgias en prueba han traído emociones encontradas para sus miembros.

 

    “Recé y cambié mi voto en mi corazón en seis ocasiones. Estaba en conflicto debido a mi amor por toda la gente en la Diócesis”, dijo el Obispo Andrew Doyle de la Diócesis Episcopal de Texas. “Los amo a todos y su división es una división muy real en mi propio corazón,” Doyle escribió en una carta dirigida al clero después de realizarse el voto respecto a la Resolución A036. El obispo, luego admitió que se abstuvo a votar, algo que cuenta como un “no”. Su retención no tuvo ningún efecto ya que la Cámara de Obispos aprobó la resolución con 129 votos a favor y 26 en contra, con cinco abstenciones.

 

    El Rdo. Uriel Osnaya-Jiménez, vicario de la Iglesia Episcopal Santa María Virgen en Houston, Texas y también miembro electo de la Cámara de Diputados comprende el debate que sintió el obispo Doyle. “Yo creo que todos teníamos ese debate porque es una representación de la Diócesis y al final de la cuenta, tomó la decisión que pensó que era la correcta y también su decisión fue abstenerse y no votar. Creo que fue una decisión complicada pero se le respeta,” dijo Osnaya-Jiménez.

 

    La resolución permite que las parejas del mismo sexo puedan tener una boda religiosa. Los clérigos siempre han tenido la opción de realizar un matrimonio a parejas, y todavía mantendrán ese derecho. Además, podrán usar el servicio que está en el Libro de la Oración Común para parejas del mismo sexo (la Resolución A054). Dos liturgias más en prueba estarán disponibles con permiso del obispo diocesano y entrarán en vigor a finales de noviembre.

 

    En aspecto global, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro Pew, ha incrementado el número de gobiernos en todo el mundo que está considerando la posibilidad de conceder reconocimiento legal a los matrimonios del mismo sexo. Hasta el momento, 22 países tienen leyes nacionales que permiten a las personas homosexuales casarse. Países hispanos que ya adoptaron la ley incluyen: España (2005), Argentina (2010), Uruguay (2013) y Brasil (2013). En México lugares como el Distrito Federal, los estados de Quintana Roo y Coahuila son entidades que reconocen el matrimonio homosexual.

 

    Durante la 78ª Convención General 20 obispos, 6 de Latinoamérica, incluyendo de Colombia y Venezuela se comprometieron a mantener la promesa que hicieron al ser ordenados en la Iglesia Episcopal. En un reporte de minoría redactado, ellos reconocieron que el significado del matrimonio es un vínculo a la relación que tiene un hombre con una mujer, algo que coincide con la Sagrada Escritura y la tradición Cristiana acerca de las doctrinas del matrimonio. “Cuando fuimos ordenados como Obispos en la iglesia, santa, católica y apostólica juramos ‘custodiar la fe, unidad y disciplina de la Iglesia de Dios’. Renovamos esa promesa; y a la luz de las acciones de la Convención General, y de nuestras propias convicciones profundas pastorales y teológicas, ” fue lo que los obispos juraron al escribir esta carta.

 

 

    El tema del matrimonio del mismo sexo es uno que es muy delicado para muchos en la Iglesia Episcopal. Muchas personas que fueron interrogadas para este artículo se mostraron reacios, especialmente si estaban en contra. Esta experiencia también coincidió tras comunicarme con la Diócesis de la República Dominicana que también participó en el reporte de minoría. Después de varios intentos de entrevistar a los diputados de ese país, el vicario general Juan Márquez habló brevemente respecto al tema, “En un hecho histórico la diputación de la República Dominicana votó en contra de la Resolución”.

 

    Por otra parte, para Hugo Olaiz y su esposo John Charles Duffy residentes de Cincinnati, Ohio, la noticia de la legalización del matrimonio del mismo sexo fue un gran avance que habían esperado por mucho tiempo. Ambos pertenecían a la Iglesia Mormona y ahora son feligreses de la Iglesia Episcopal de Nuestro Salvador. “Para nosotros fue muy importante tener una comunidad religiosa que nos permitía ser como somos e identificarnos como una pareja”, dijo Duffy. La pareja se conoció en 1997 y se casaron en Washington, D.C. en el 2010, lugar donde en ese entonces permitía el matrimonio del mismo sexo.

 

    Olaiz quien estuvo presente en la 78ª Convención General recuerda claramente y con mucha emoción el momento al enterarse cuando la Iglesia Episcopal aprobó la resolución. “Estaba caminando por el largo pasillo del Centro de Convenciones de Salt Palace con una mujer ecuatoriana y lloré, y lloré todo el recorrido, casi como de dos cuadras de largo y al final de ese largo pasillo, le expliqué a esta señora por qué estaba llorando, para a mí fue muy emotivo,” dijo Olaiz.

 

    “La Iglesia Episcopal está reconociendo la humanidad de todas las personas y la importancia de la justicia en sus acciones,” afirmó el Rdo. Frederick Clarkson de la Iglesia Episcopal San Timoteo en Houston, Texas con respecto a la aprobación del matrimonio del mismo sexo. Clarkson quien es parte de la Iglesia Episcopal desde que nació, ve a la iglesia como su hogar espiritual y una que le da la bienvenida a cualquier persona que busca tener una relación con Dios. Clarkson también describe la Iglesia Episcopal como un lugar atractivo porque no es tan rígida como muchas otras. El sacerdote de origen colombiano también dijo, “Lo primordial para mí es que la iglesia sea una iglesia y que no sea un club social y lo que pasa es que nosotros como seres humanos somos muy buenos a crear clubes sociales pero no somos tan buenos en crear iglesias”.

 

    Pero para Carmen Morel quién ha pertenecido a la Iglesia Episcopal por más de 30 años en Honduras y ahora en Austin, Texas, el hecho de que ahora la Iglesia Episcopal haya permitido la igualdad del matrimonio es algo contradictorio a lo que le ha inculcado a sus cinco hijos y diez nietos, “Está en contra de la ley de Dios que dos personas del mismo sexo se casen. Simplemente no es correcto. Mujer con mujer y hombre con hombre no va. Por alguna razón Dios creó a Adán y a Eva.” Morel dice que le ora a Dios por la gente que está tomando las decisiones en la Iglesia Episcopal.

 

    “Nadie sabe, sólo Dios sabe si están haciendo algo mal. Son humanos igual que nosotros y simplemente tenemos que respetar, ” opina Deyanira Hernández madre de tres hijos que va a la Iglesia Episcopal San Francisco de Asís en Austin, Texas. Hernández, episcopal por más de 18 años recalca que todos somos pecadores y si una pareja homosexual desea casarse, deben de tener todo el derecho de hacerlo.

 

    “No deberían. Dios hizo una mujer y un hombre para que puedan crear una familia. Se pueden querer, pero no casarse, ” dijo María Alonso miembro de la Iglesia Episcopal San Juan en Austin. “No me estoy negando, simplemente no creo que deberían casarse por la iglesia. No me gusta la idea, ” dijo firmemente Alonso.

 

    Una pareja del mismo sexo que quiera casarse tiene que seguir los mismos pasos que una heterosexual, esto incluye ser miembro activo de una congregación, haber sido bautizado y confirmado en la iglesia y ser parte de consejería prematrimonial. “Tampoco es nada más que me quiero casar. Yo creo que tienen que conocer la iglesia primero…y si después se quieren casar, bienvenido”, dijo Osnaya-Jiménez.

 

    “Las divisiones en la Iglesia tienen que ver con heridas,” dijo Clarkson. “Realmente yo me acuerdo en el evangelio que Jesús pasó mucho tiempo sanando a personas, así que yo pienso que todos debemos de ser sanados por Jesús para poder seguir adelante pero yo tengo muchas esperanzas porque yo sé que Cristo nos sigue sanando a través del amor.”