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Aug 26, 2016 | Carol Muegge

Espíritus permanecen impávidos tras inundaciones

En la tarde del jueves, 26 de mayo la lluvia comenzó a caer en el condado de Washington. No se detuvo hasta el viernes por la tarde. Los informes varían de que entre 24 y 32 pulgadas de lluvia cayeron en un período de 24 horas y la inundación causó que cinco personas perdieran sus vidas. Muchas de las familias de San Pedro sufrieron inundaciones o daños por árboles caídos, y varios no pudieron llegar a casa por los desbordamientos de arroyos o puentes destrozados.

 

Fieles feligreses Owen y Joan Zeiss, ambos de 87 años de edad, observaron como las torrenciales aguas llenaron 10 pies dentro de su casa, su hogar por más de 60 años. Ellos fueron rescatados por una lancha con su perro Cheddar. Los recuerdos de toda la vida fueron arrastrados o destruidos por la inundación repentina pero sus espíritus permanecen impávidos.

 

La propiedad, que se encuentra cerca del arroyo Año Nuevo, ha estado en la familia Zeiss por 125 años. Cuando el agua comenzó a subir rápidamente dentro de su casa, Owen llamó a su hija Jomaye y a su yerno, Eddie Schmidt, y les dijo que necesitaban ayuda. Eddie llegó con su tractor grande para recogerlos, pero en el momento en que arribó, la corriente del agua era tan fuerte que casi fue arrastrado tratando de ayudar. Owen y Joan se movían por las escaleras hasta llegar a un nivel más alto, mientras que Cheddar estaba flotando en los muebles. 

  

 

Cuando por fin llegó el servicio médico de emergencias, Cheddar fue puesto en una lancha y luego Joan y Owen. "Hemos vivido aquí durante 60 años sin ningún tipo de problemas para salir de la puerta", dijo Owen. "Estuvimos bajo 10 pies de agua en cuestión de minutos. ¡Los muebles estaban flotando en el techo”!

 

Tan rápido como subió el agua, se fue. Al día siguiente, únicamente permanecieron un lodazal y un reguero. Muebles, fotografías y documentos históricos de la familia estaban esparcidos por toda la casa y por la granja. La fuerza del agua incluso empujaron los papeles por las grietas de las paredes, y las fotos que Joan acababa de ordenar habían desaparecido. Después de algunas reparaciones de carreteras, la limpieza comenzó. Joan encontró una cruz de bronce que brillaba hacia ella desde los charcos de lodo para recordarle que Cristo estaba con ellos.

 

Fueron recordados nuevamente cuando los feligreses se su iglesia se presentaron para ayudar. "Nunca podríamos haberlo logrado sin ustedes", Owen escribió en el boletín de la iglesia. "Siempre estaremos agradecidos. Ustedes hicieron lo que hacen los cristianos".

 

Un voluntario reconoció documentos históricos importantes entre los escombros de los nativos del Condado de Washington. Un libro de recibos hechos por el padre de Joan que incluía un recibo de la cerveza Budweiser comprada un año antes de que saliera en el mercado. Un atlas de 1880, publicado en Alemania, que contenía hermosos mapas, ahora empapado y cubierto en lodo. Estos artículos y otros documentos de la familia, una cobija y pinturas fueron llevados inmediatamente al Brenham Heritage Museum para ser limpiados y conservados. El director y conservador fueron capaces de recuperar todo lo que había sido encontrado.

 

Owen y Joan continúan trabajando y limpiando su casa después de la histórica inundación. Ellos nunca se vieron o actuaron como su edad. Tal vez su fe y la participación de toda la vida en su iglesia tienen algo que ver. Joan comenzó a cantar en el coro a los siete años, más tarde enseñó en la escuela dominical, cocinaba para la cena anual del pavo y sigue siendo la jefa de la cofradía del altar. Owen ha servido como el guardián del obispo, guardián auxiliar y jefe de los ujieres (25 años), cocinado para la cena de chile de los hombres (25 años) y estuvo en el comité de construcción cuando la iglesia San Pedro cambió de ubicación en 1965. Ambos siguen como voluntarios semanales y ayudan a recoger el correo, contestar el teléfono y doblar boletines.

 

Ellos planean reconstruir en su tierra, pero en un nivel más alto. 

 

"Nadie debe subestimar la vida", dijo Owen. "Nunca sabemos lo que hay en nuestro destino". Joan se sorprendió al ver un mirto de crepe que fue golpeado por la fuerza del agua. Tirado en el piso, pero seguía floreciendo. La vida empieza de nuevo y, junto con el dolor, hay optimismo en sus voces.

 

Muegge es Ministra y Coordinadora de Comunicaciones en San Pedro, Brenham.

 

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